Desde poco después de la medianoche, las importaciones de Estados Unidos desde Canadá y México están gravadas con un 25%, mientras que las exportaciones energéticas canadienses —principalmente petróleo— tienen un arancel del 10%.
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SUSCRIBITEDesde poco después de la medianoche, las importaciones de Estados Unidos desde Canadá y México están gravadas con un 25%, mientras que las exportaciones energéticas canadienses —principalmente petróleo— tienen un arancel del 10%.
Las medidas de Trump y el anuncio de sus socios norteamericanos de responder de la misma manera dejaron a los mercados globales en alerta.
“Hemos decidido responder con medidas arancelarias y no arancelarias que anunciaré en plaza pública el próximo domingo”, indicó Sheinbaum en su conferencia matutina.
Sin embargo, la presidenta insistió en que México buscará siempre una solución negociada y dejó la puerta abierta a que pueda haber un acuerdo cuando hable con Trump, previsiblemente el jueves.
Previamente, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ya había anunciado que su país impondrá aranceles en el transcurso de 21 días a productos estadounidenses por valor de más de 100.000 millones de dólares.
Posteriormente, en un tono más duro que Sheinbaum, el canadiense indicó que el mismo martes presentaría una controversia ante la Organización Mundial de Comercio y el tratado de libre comercio norteamericano, el T-MEC, por unas acciones que calificó de “ilegales”.
Mexico, por su parte, no descartó activar también la vía jurídica contra Washington.
Además de medidas para Canadá y México, Trump aumentó los gravámenes a China hasta el 20%, a lo que este país respondió el martes con aranceles de hasta el 15% sobre una amplia variedad de exportaciones agrícolas estadounidenses.
Claudia Sheinbaum calificó de “inconcebible” que no se piense en el daño que la medida estadounidense va a provocar a ambos lados de la frontera y subrayó que su propósito nunca fue propiciar confrontaciones comerciales pero que México debe defender a sus ciudadanos y sus empresas.
Al ser preguntada si los aranceles recíprocos podrían evitarse después de que converse con Trump, la presidenta mexicana se limitó a contestar: “Vamos a esperar”. “El asunto es que encontremos la forma de coordinarnos” sin subordinación y para beneficio de ambos pueblos, agregó.
Trump justificó sus medidas en la falta de resultados de México en la lucha contra el crimen organizado e insistió en que el gobierno mexicano tiene alianzas con los cárteles y les proporciona “refugios seguros” para que operen y trafiquen con fentanilo.
Sheinbaum negó rotundamente un pronunciamiento que calificó ”ofensivo, difamatorio y sin sustento” y recordó que su gobierno —que lleva cinco meses— ha intensificado los decomisos de fentanilo, las detenciones y, de manera inédita, trasladó la semana pasada a Estados Unidos a 29 importantes capos que estaban en cárceles mexicanas.
Nada de esto pareció funcionar y los efectos de los aranceles se prevén durísimos para ambos países.
En torno al 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen a Estados Unidos, país con el que el flujo comercial se sitúa en torno a los 840.000 millones de dólares, una relación que ahora se pone en riesgo, recordó la American Chamber, y que solo tendrá un ganador: China.
Consultoras y expertos coinciden en que la economía mexicana podría entrar en recesión por la alta dependencia mexicana de esas exportaciones.
El peso mexicano arrancó la jornada con una leve depreciación atribuida por los analistas a la cautela de los inversionistas que prevén que Trump podría echarse para atrás con la medida.
William Jackson, economista de la consultora Capital Economics, dijo que México tiene menos flexibilidad económica que Canadá para ajustarse al golpe. “Incluso si se llega a algún tipo de acuerdo para levantar este arancel, la continua amenaza de las barreras comerciales de Estados Unidos pesará sobre la confianza y la inversión y arrastrará el crecimiento del PIB”, indicó.
Los expertos en comercio también se preguntan cuánto podría Estados Unidos sostener estos aranceles que aumentarán los precios para sus consumidores teniendo en cuenta que la base de apoyo de Trump se ha quejado durante mucho tiempo de la inflación.
“No lo veo sostenible”, comentó Timothy Wise, autor de “Eating Tomorrow” y experto en comercio agrícola entre México y EE.UU. “No me parece plausible que los corporativos que rodean a Trump se vayan a sentar a permitir que destruya sus mercados externos”,
La presidenta Sheinbaum indicó que habría que hacer una evaluación detallada de la diversificación geográfica de la economía mexicana y, por ejemplo, buscar nuevos mercados para productos como el aguacate, que supone exportaciones millonarias.
El mexicano Consejo Nacional de la Industria Manufacturera de Exportación indicó que la medida “desprotege miles de empleos, desequilibrará las cadenas de suministro y generará incertidumbre ante el actual escenario de relocalización empresarial”.
En la frontera, muchos mexicanos contenían la respiración ante la incertidumbre que se les avecina. Largas filas de camiones esperaban para cruzar de Ciudad Juárez a El Paso con la esperanza de que el cargamento que llevaban todavía pudiera esquivar los nuevos gravámenes.
Alan Russell, de la empresa estadounidenses Tecma, una compañía que ayuda a otras a instalarse en la frontera mexicana, era cauto porque todavía quedan muchas cosas por definir. “Hay que jugar con las cartas que nos tocan”, dijo en conversación telefónica.
Trump pretende que las empresas estadounidenses regresen a su país, pero Russell no cree que eso vaya pasar hasta que no haya certidumbre y puso como ejemplo que la semana pasada colaboró con una firma de Carolina del Norte que se trasladó a México porque no encontraba en Estados Unidos trabajadores suficientes.
A la espera de cómo se desarrollan las conversaciones entre los dos países, algunos empresarios todavía no pueden creer lo que está pasando.
Manuel Sotelo, jefe de flotas de camiones que cruzan diariamente la frontera y se declara abiertamente afín al presidente estadounidense, pensó hasta el último momento que Trump cambiaría de opinión porque México hizo lo nunca visto extraditando a tantos delincuentes.
Esto “es un muro en nuestras relaciones comerciales”, lamentó. “No debe, ni puede, aguantar muchos días”.
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La periodista de AP Fabiola Sánchez contribuyó con esta nota desde Ciudad de México.
FUENTE: Associated Press
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