El exilio en Miami rindió un merecido tributo a una figura cimera en la lucha por recuperar la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos en Cuba, el ex congresista republicano Lincoln Díaz-Balart, fallecido el pasado 3 de marzo en esta ciudad a los 70 años de edad.
Familiares, amigos y líderes del exilio en Miami se dieron cita en la Iglesia católica Corpus Christi, donde se realizó una emotiva misa de recordación que celebró la vida, el ejemplo y el legado de Lincoln Díaz-Balart.
Entre las figuras del exilio que estuvieron en esta misa figuraron el secretario de Estado Marco Rubio, el senador republicano Rick Scott, el congresista republicano Carlos Giménez y la ex congresista Ileana Ros-Lehtinen.
La muerte de Lincoln Díaz-Balart llenó de luto al exilio en Miami por su imborrable huella en la lucha contra la dictadura en Cuba.
Nacido en La Habana el 13 de agosto de 1954, hijo del congresista Rafael Díaz Balart y de Hilda Caballero, salió al exilio con apenas cuatro años en diciembre de 1958.
Desde 1986 a 1989, Lincoln sirvió en la Cámara de Representantes de la Florida y desde ese último año hasta 1992 en el Senado estatal.
En 1993 fue electo al Congreso de los Estados Unidos, donde se convirtió en el primer hispano en formar parte del influyente Comité de Reglas de la Cámara y protagonista en la redacción de la sección que condiciona el levantamiento de sanciones a Cuba a avances democráticos en la isla, dentro de la Ley Helms-Burton de 1996, y fue autor de la Ley de Ajuste Nicaragüense y Alivio Centroamericano de 1997, que benefició a cientos de miles de inmigrantes.
En los momentos finales de esta misa de recordación en la iglesia católica Corpus Christi de Miami, también se le rindió homenaje a Lincoln Díaz-Balart con el Himno Nacional de Cuba, esa isla que él dejó cuando era un niño, pero que como recordaron sus familiares y amigos, siempre luchó por volver a verla libre de la dictadura.