En un esfuerzo por reducir las hostilidades en Ucrania, Rusia ha acordado un alto el fuego limitado de 30 días que detendrá los ataques contra infraestructuras energéticas en el país.
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SUSCRIBITEEn un esfuerzo por reducir las hostilidades en Ucrania, Rusia ha acordado un alto el fuego limitado de 30 días que detendrá los ataques contra infraestructuras energéticas en el país.
La decisión fue confirmada por la Casa Blanca tras una conversación telefónica de 90 minutos entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin.
Según el comunicado oficial emitido por la Casa Blanca, ambas naciones han pactado iniciar "negociaciones técnicas" con el objetivo de avanzar hacia un alto el fuego marítimo en el mar Negro y, eventualmente, una paz duradera. Las conversaciones se llevarán a cabo en Medio Oriente de manera inmediata.
Por su parte, el Kremlin ha señalado que cualquier avance en un acuerdo más amplio dependerá del cumplimiento de una serie de condiciones. Entre ellas, Moscú exige la implementación de mecanismos de control efectivos en la línea de conflicto, la suspensión de la movilización de ciudadanos ucranianos y el cese del rearme de sus fuerzas armadas. Asimismo, ha solicitado la interrupción total del apoyo militar extranjero a Ucrania, incluyendo el suministro de armas y asistencia en inteligencia.
A pesar de estas condiciones, el gobierno ruso ha confirmado que Putin ha ordenado respetar la tregua en las infraestructuras energéticas durante el próximo mes. Además, la declaración oficial rusa informó que el mandatario respondió de manera constructiva a la propuesta de un cese de hostilidades en el mar Negro, aunque las negociaciones sobre este punto aún están en desarrollo.
Durante la conversación entre ambos líderes, Putin también anunció un acuerdo para un intercambio de 175 prisioneros de guerra de cada bando, así como la liberación de 23 soldados ucranianos gravemente heridos como gesto humanitario.
En otro tema, Trump y Putin discutieron la posibilidad de fortalecer las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Rusia, resaltando los beneficios económicos y la estabilidad geopolítica que ello conllevaría. Ambos coincidieron en que el conflicto en Ucrania "nunca debió haber comenzado" y destacaron la necesidad de redirigir los recursos de ambas naciones hacia el bienestar de sus ciudadanos.
Adicionalmente, los mandatarios abordaron cuestiones de seguridad global, incluyendo la proliferación de armas estratégicas y la estabilidad en Medio Oriente. En relación con Irán, expresaron una postura común al afirmar que el país "nunca debería estar en condiciones de destruir a Israel".
Hasta el momento, no se han revelado detalles sobre los términos específicos del alto el fuego ni sobre el papel que Ucrania desempeñará en las negociaciones en curso.
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