El presidente Donald Trump ha otorgado indultos a más de 1,500 personas condenadas o investigadas por su participación en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, incluyendo a líderes de grupos de extrema derecha como los Proud Boys y los Oath Keepers. Esta acción ha revitalizado a estas organizaciones, que habían enfrentado severas consecuencias legales tras el ataque.
Ahora, sus miembros expresan lealtad renovada hacia Trump y han manifestado intenciones de apoyar sus políticas, incluyendo promesas de deportaciones masivas.Entre los indultados se encuentra Jacob Chansley, conocido como el "Chamán de QAnon", quien anunció su intención de adquirir armas tras recibir el perdón presidencial. Chansley expresó su gratitud a Trump y afirmó que utilizará su indulto para comprar armas como muestra de su amor por el país.
Estas medidas han generado preocupación entre las fuerzas del orden y exfuncionarios, quienes temen un resurgimiento de la violencia y consideran que los indultos envían un mensaje peligroso. La Orden Fraternal de la Policía y varios jueces han criticado los indultos, argumentando que socavan las consecuencias de atacar a las fuerzas del orden.
Por otro lado, algunos de los indultados, como Stewart Rhodes, fundador de los Oath Keepers, defienden sus acciones y planean abogar por reformas penitenciarias. Rhodes continúa justificando sus actos y busca promover cambios en el sistema carcelario tras su liberación.
Estas acciones han reavivado el debate sobre la justicia y la rendición de cuentas en relación con los eventos del 6 de enero, así como sobre el impacto de los indultos presidenciales en la seguridad nacional y la cohesión social.