“Si hicieran eso, serían aniquilados”, declaró Trump en un diálogo con reporteros mientras firmaba una orden ejecutiva en la que solicita al gobierno federal imponer la máxima presión sobre Teherán. “He dejado instrucciones de que, si lo hacen, sean aniquilados, que no quede nada”.
Las autoridades federales han estado rastreando amenazas iraníes contra Trump y otros funcionarios del gobierno durante años.
Trump ordenó el asesinato de Qassem Soleimani, quien lideraba la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, en 2020.
Una amenaza a la vida de Trump por parte de Irán dio pie a mayor seguridad en los días previos a un mitin de campaña en julio en Pensilvania, donde Trump fue herido en la oreja, según funcionarios estadounidenses. Pero en ese momento, los funcionarios dijeron que no creían que Irán estuviera conectado con ese intento de asesinato.
El Departamento de Justicia anunció en noviembre que un complot iraní para asesinar a Trump antes de las elecciones presidenciales había sido frustrado.
El departamento alegó que funcionarios iraníes habían instruido en septiembre a Farhad Shakeri, de 51 años, para que se centrara en vigilar y finalmente asesinar a Trump. Shakeri sigue prófugo en Irán.
En ese momento, funcionarios iraníes rechazaron la acusación, y el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Esmail Baghaei, calificó el informe como un complot de círculos vinculados a Israel para complicar más las relaciones entre Irán y Estados Unidos.
Los investigadores fueron informados del plan para asesinar a Trump por Shakeri, un presunto activo del gobierno iraní que pasó tiempo en prisiones estadounidenses por robo y que, según las autoridades, mantenía una red de asociados criminales reclutados por Teherán para vigilancia y tramas de asesinato por encargo, según la denuncia.
Shakeri, un ciudadano afgano que vive en Irán, le dijo al FBI que un contacto en la Guardia Revolucionaria de Irán le instruyó en septiembre dejar de lado otros trabajos que estaba haciendo y armar un plan en siete días para vigilar y finalmente matar a Trump, según una denuncia penal presentada en un tribunal federal en Manhattan.
Trump recientemente revocó la seguridad del gobierno para el exsecretario de Estado Mike Pompeo y su asesor Brian Hook, así como para su exasesor de seguridad nacional John Bolton, quienes han enfrentado amenazas de Irán después de adoptar posturas intransigentes contra la República Islámica durante el primer mandato de Trump.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
FUENTE: Associated Press