Los CDC también se preparan para investigar el autismo y las vacunas, y planean “no escatimar esfuerzos en su misión de averiguar qué está sucediendo exactamente”, declaró en un comunicado Andrew Nixon, portavoz del HHS. Funcionarios de la agencia no hicieron más comentarios para este artículo.
Numerosos estudios han concluido que no existe una relación entre el autismo y las vacunas, un hecho que la agencia señala en su sitio web. Realizar un nuevo estudio podría restar fondos a otras investigaciones, incluida la búsqueda de la verdadera causa del autismo, señaló el senador republicano Bill Cassidy mientras le hacía preguntas al doctor Jay Bhattacharya, nominado para dirigir los NIH.
Cuando Bhattacharya dejó entrever que podría valer la pena llevar a cabo más estudios porque algunos creen que existe un vínculo, Cassidy respondió: “Hay gente que no cree que la Tierra es redonda”.
“Lo que (Kennedy) intenta hacer es generar temor sobre la seguridad de las vacunas”, manifestó el doctor Paul Offit, asesor de vacunas de la FDA y especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Infantil de Filadelfia, con respecto al primer mes de Kennedy en el cargo. “No debería sorprender a nadie. Su objetivo siempre ha sido retirar las vacunas del mercado, o reducir su disponibilidad”.
A Offit le preocupa que la cancelación de la reunión de la FDA sobre la vacuna contra la influenza —llevada a cabo cada marzo desde hace al menos 30 años— sea sólo el comienzo. La reunión del comité en junio para recomendar la formulación de la vacuna contra el COVID-19 tampoco ha sido programada, reportó.
Demócratas y republicanos se opusieron cuando el doctor Marty Makary, nominado para la FDA, no quiso comprometerse a reprogramar la reunión del comité sobre la influenza.
“Lo que se pierde es la transparencia”, señaló Cassidy, el republicano que preside la comisión de salud del Senado y quien también es médico.
Durante sus audiencias de confirmación en el Senado este año, Kennedy pareció afirmar que no socavaría las vacunas. “Respaldo las vacunas. Respaldo el calendario infantil”, declaró. Le prometió a Cassidy, quien estaba inquieto por el trabajo antivacunas de Kennedy, que no cambiaría las recomendaciones existentes sobre vacunas.
Pero en las audiencias también se negó repetidas veces a reconocer el consenso científico de que las vacunas infantiles no causan autismo y que las vacunas contra el COVID-19 salvaron millones de vidas. También afirmó falsamente que el gobierno no cuenta con un buen sistema de monitoreo de la seguridad de las vacunas.
Y desde que fue confirmado en el cargo, Kennedy ha reiterado su escepticismo hacia las vacunas en entrevistas y otras declaraciones públicas.
Ha enviado “mensajes contradictorios” sobre la seguridad de las vacunas, a pesar de que Estados Unidos tiene “el sistema de vigilancia de eventos adversos relacionados con vacunas más minucioso del mundo”, manifestó el doctor William Schaffner, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad Vanderbilt. Los problemas graves, incluida la muerte, son muy poco frecuentes y los beneficios de la vacunación superan por mucho los riesgos, agregó.
“Una forma sencilla de describirle esto a la persona promedio es que los eventos adversos graves generalmente ocurren a una tasa de 1 a unos pocos casos por cada millón de dosis de vacuna”, reportó. “Eso es una aguja en un pajar”.
En un artículo de opinión publicado este mes en FoxNews.com, Kennedy indicó que el brote de sarampión en el oeste de Texas, en el que murió un niño de 6 años, era un “llamado a la acción”, pero no recomendó que las personas recibieran la vacuna, la cual previene el 97% de los casos. A pesar de que Estados Unidos registró su primera muerte por sarampión en una década, Kennedy ha minimizado repetidamente los brotes de este año, y señaló que cuando él era niño “todo el mundo contraía sarampión”.
Los casos de este año —250 reportados— se encaminan a superar con creces los reportes del año pasado de 286 infecciones de sarampión.
Ahora los pediatras reciben más preguntas de padres confundidos en sus consultorios, refiere la doctora Susan Kressly. Preocupados por los informes sobre las reuniones de vacunación canceladas, se preguntan si tendrán acceso a las vacunas contra la influenza del año próximo. Otros quieren saber si deberían recibir más temprano dosis de la vacuna triple viral (MMR, por sus siglas en inglés) contra el sarampión, las paperas y la rubeola. Kressly añadió que hay un mensaje claro que el gobierno puede enviar para ayudar a detener el aumento de casos.
“La única manera de detener un brote es intensificar los mensajes positivos y coordinados respecto a la vacunación”, argumentó Kressly.
Los CDC han colaborado con las iniciativas de vacunación en el oeste de Texas. Pero el propio Kennedy ha abogado públicamente por un tratamiento alternativo para el sarampión: la vitamina A. Bajo su supervisión, las directrices de los CDC se actualizaron para decir que la vitamina A debe administrarse a niños que presentan un caso grave de sarampión y recetarse en dosis supervisadas por un médico.
El complementar la alimentación con vitamina A se ha recomendado durante décadas para reducir la neumonía y la mortalidad en niños desnutridos en países en desarrollo, pero los beneficios en niños bien nutridos en países como Estados Unidos son menos claros.
“Necesitamos utilizar vitamina A para aquellos niños que tienen la mala suerte de contraer sarampión”, dijo el doctor Andy Pavia, experto en enfermedades infecciosas pediátricas de la Universidad de Utah. “Pero no puede prevenir el sarampión, y sólo puede ayudar en cierta medida a reducir la gravedad”.
Cuando se administra correctamente, el uso de vitamina A en niños con sarampión grave “no causará daño”, agregó Pavia. No obstante, si se administra incorrectamente, las dosis altas de vitamina A pueden ser tóxicas y causar la muerte.
Los cambios abruptos de personal también han predominado en las primeras semanas de Kennedy en el cargo: Dave Weldon —nominado para dirigir los CDC— fue retirado de la nominación apenas minutos antes de su audiencia; el principal portavoz del HHS de Kennedy renunció dos semanas después de asumir el puesto; y el recién nombrado asesor en jefe de la Administración de Alimentos y Medicamentos dimitió 48 horas después de asumir el cargo.
Sin embargo, los partidarios de Trump y Kennedy han desestimado las preocupaciones sobre el comienzo complicado.
Su plataforma recién hallada como secretario de salud y lo que ha dicho sobre alimentos más saludables ya están influyendo en el cambio en la dieta estadounidense, han afirmado asesores cercanos a Kennedy y a Trump en redes sociales.
Atribuyen a Kennedy el mérito de haber impulsado a los legisladores republicanos a presentar proyectos de ley en Utah y Texas que buscan prohibir los refrescos en el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés), por ejemplo. Y luego están las nuevas patatas fritas de Steak ’n Shake.
“RFK Jr. acaba de comer Steak ’n Shake en vivo por televisión, el restaurante de comida rápida que, con valentía, fríe todo en sebo de res”, tuiteó esta semana el podcaster conservador Charlie Kirk. “Así se hace”.
De hecho, expertos en nutrición afirman que décadas de investigación demuestran que consumir aceites vegetales reduce el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y que no hay evidencia que indique que el sebo de res sea más saludable que los aceites de semillas.
El miércoles, tras una reunión con varios ejecutivos de los mayores fabricantes de alimentos del país, Kennedy publicó un video de producción altamente profesional que prometía que se avecinan más cambios, y decía que las empresas se tomaban en serio su movimiento “MAHA”, las siglas en inglés de “Hacer saludable a Estados Unidos otra vez”.
“Comprenden que hay un nuevo jefe en la plaza”, afirmó Kennedy.
No compartió ningún detalle sobre lo que se habló en la reunión.
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Los periodistas de The Associated Press Matthew Perrone y Mike Stobbe contribuyeron.
FUENTE: Associated Press