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Órdenes de Trump de poner fin a programas de DEI reflejan su impulso por profundo cambio cultural

WASHINGTON (AP) — Las órdenes extensas del presidente Donald Trump para poner fin al empeño del gobierno por la diversidad, la equidad y la inclusión (DEI) marcan un cambio radical para el país y deshacen las prioridades de décadas del mayor empleador de Estados Unidos —el gobierno federal— y sus esfuerzos más amplios para presionar al sector privado para que garantizara que su fuerza laboral también fuera diversa e inclusiva.

Trump, quien apenas lleva unos días en su segundo mandato como presidente, ha demostrado con sus medidas de amplio alcance que está dispuesto a utilizar todos los recursos del gobierno para cumplir una promesa de campaña que hizo hace mucho y producir un profundo cambio cultural en todo Estados Unidos: de promover la diversidad a centrarse exclusivamente en el mérito.

Horas después de prestar juramento, el presidente firmó una orden ejecutiva que pone fin a los programas de diversidad, equidad e inclusión dentro del gobierno federal, que él y los conservadores han calificado durante mucho tiempo como discriminatorios.

Su gobierno tomó medidas el martes para poner fin a la acción afirmativa —que se centra en tomar medidas proactivas para abordar la discriminación histórica de grupos subrepresentados en áreas específicas, como en la contratación o admisión— en la contratación federal —una medida exigida por primera vez por el presidente Lyndon Johnson— y ordenó que todo el personal federal de los departamentos de diversidad, equidad e inclusión fuera puesto en licencia con goce de sueldo y eventualmente despedido.

La iniciativa intensifica un impulso que Trump realizó en su mandato anterior como presidente y se basa en las mismas herramientas que su predecesor, el expresidente Joe Biden, utilizó para tratar de promover los programas de DEI en la vida estadounidense al incorporar esa prioridad en las reglas para los contratistas federales y los beneficiarios de subvenciones.

Biden y sus partidarios presentan los esfuerzos de DEI como una manera de garantizar que las comunidades históricamente marginadas sean incluidas y representadas. Trump ha calificado los programas como una “discriminación” y dijo que quiere restablecer la contratación “con base en el mérito”.

Everett Kelley, presidente nacional de la American Federation of Government Employees (Federación Estadounidense de Empleados del Gobierno), dijo que el gobierno ya contrata y promueve exclusivamente en función del mérito.

“Los resultados son claros: una fuerza laboral federal diversa que se parece a la nación a la que sirve, con las brechas salariales de género y raciales más bajas del país. Todos deberíamos estar orgullosos de eso”, declaró Kelley en un comunicado.

Kelley calificó las acciones de Trump como “una cortina de humo para despedir a funcionarios públicos, socavar el servicio civil apolítico y convertir al gobierno federal en un ejército de aduladores leales sólo al presidente, no a la Constitución”.

La orden de Trump exige a las agencias federales desarrollar planes para disuadir los programas de DEI en el sector privado y en las universidades, y enumera posibles investigaciones de cumplimiento civil que podrían iniciarse para lograr ese objetivo. Es un intento marcado de enfriar las iniciativas de DEI en todo el país y las coloca en la mira del gobierno federal de tal manera que, incluso si se llevan a cabo legalmente, los empleadores privados podrían verse obligados a responder a investigaciones federales.

El cambio de prioridades federales entre gobiernos de diferentes partidos políticos no es nada nuevo. Pero la escala y la velocidad de la anterior adopción de los programas de DEI por parte del país y el esfuerzo sistemático de Trump para erradicarlos han sido vertiginosas.

Al final del primer mandato de Trump, el republicano intentó prohibir a los contratistas de las agencias federales y a los receptores de fondos federales llevar a cabo iniciativas de diversidad corporativa.

Biden anuló esa orden en su primer día como presidente y emitió dos órdenes ejecutivas destinadas a sembrar —en todo el gobierno y en la fuerza laboral en general— una sensibilidad respecto al sesgo y la discriminación.

“No puedo describirles cuán influyente fue esa orden ejecutiva. Realmente dictó los cuatro años del gobierno de Biden”, señaló Mike Gonzalez, miembro sénior de la Heritage Foundation (Fundación Legado), que establece una visión conservadora para el gobierno y la sociedad estadounidenses, cuyos escritos han incluido un enfoque en los programas de DEI. “Lo primero que hace Trump es rescindir esa orden ejecutiva”.

Gonzalez agregó que la amplitud de las acciones de Trump y el hecho de que se produjeran tan rápidamente fue “una declaración de gran envergadura”.

Sostuvo que los programas de DEI adoptados en toda la sociedad estadounidense, desde el gobierno federal hasta las corporaciones privadas, son “peligrosos, degradantes e inmorales”, y violan la Ley de Derechos Civiles y las garantías de igualdad de protección ante la ley de la 14ª Enmienda.

Gonzalez calificó las acciones de Biden sobre la DEI como “muy equivocadas y lamentables”.

“Hemos tomado ese camino antes como sociedad”, dijo. “Decidimos que esto era algo que no queríamos hacer: promover o contratar con base en la raza”.

La mayoría de los estadounidenses están de acuerdo en que ser blanco y hombre ayuda a las personas a salir adelante en Estados Unidos hoy en día, y que ser negro perjudica esa capacidad, según una encuesta realizada en 2023 por el Pew Research Center (Centro de Investigación Pew), un grupo de expertos que brinda información sobre actitudes, tendencias y problemáticas de Estados Unidos y el mundo. También es más probable que digan que ser mujer, hispano o asiático es más perjudicial que provechoso.

Pero otra encuesta del Pew Research Center de 2024 encontró que los adultos estadounidenses están más divididos sobre el grado en que las personas blancas se benefician de ventajas que las personas negras no tienen, o si las mujeres aún enfrentan obstáculos que les dificultan salir adelante más que a los hombres.

Y hay indicios de que los partidarios de Trump están particularmente preocupados por el progreso logrado por grupos como las mujeres y las minorías raciales que se producen a expensas de otros. Según AP VoteCast —una encuesta nacional de votantes y no votantes que es una instantánea detallada del electorado estadounidense—, relativamente pocos votantes en las elecciones de 2024 en general —alrededor de 3 de cada 10— dijeron que estaban “muy” o “algo” preocupados sobre el que la sociedad estadounidense se haya centrado demasiado en los avances para las mujeres a expensas de los hombres, pero los partidarios de Trump estaban más divididos. Una mayoría estaba “no demasiado” preocupada o “nada” preocupada por el progreso de las mujeres a expensas de los hombres, aunque aproximadamente 4 de cada 10 respondieron que estaban al menos “algo” preocupados.

Incluso antes de las medidas de Trump, ya había una reacción negativa ante los programas de DEI en el ámbito empresarial estadounidense.

Decenas de empresas importantes comenzaron a dar marcha atrás —o incluso eliminar— sus compromisos de DEI a raíz de un fallo de la Corte Suprema de 2023 que eliminaba la acción afirmativa en las universidades, una decisión que desató una avalancha de demandas respaldadas por los conservadores contra los esfuerzos por la diversidad, equidad e inclusión en el mundo corporativo. La tendencia se aceleró drásticamente después de la elección de Trump, pues las empresas anticiparon sus órdenes agresivas para desmantelar la DEI.

Walmart, por ejemplo, anunció en noviembre que ya no considerará la raza y el género al ofrecer contratos a los proveedores, una decisión que refleja las reformas que el gobierno de Trump aplicará con los contratos federales.

Ya hay demandas conservadoras que han obligado con éxito a algunas agencias gubernamentales a dejar de considerar la raza al otorgar contratos y financiamiento gubernamentales.

META, propietaria de Facebook, McDonald’s y Boeing son otras de las empresas que han abandonado los compromisos de DEI en respuesta al cambiante panorama legal y al nuevo gobierno.

No obstante, muchas de las principales empresas del país se han mantenido fieles a sus políticas de DEI, incluidas algunas con contratos gubernamentales como el gigante tecnológico Microsoft y la consultora global Accenture.

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Las periodistas de The Associated Press Amelia Thomson-Deveaux, en Washington, y Alexandra Olson, en Nueva York, contribuyeron a este despacho.

FUENTE: Associated Press

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