Este martes, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu se reunió con el presidente estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca, donde ambos líderes intercambiaron gestos amistosos. Durante el encuentro, Netanyahu entregó a Trump un beeper de oro, un regalo simbólico relacionado con un ataque atribuido a Israel en el que explotaron dispositivos de comunicación, como beepers y walkie talkies, pertenecientes al grupo terrorista libanés Hezbolá en 2024. El ataque, que ocurrió en el Líbano y Siria, dejó decenas de muertos y miles de heridos.
Tras recibir el presente, Trump elogió la operación, diciendo: “Esa fue una gran operación”. A su vez, el presidente estadounidense obsequió a Netanyahu una foto de ambos durante la visita, acompañada de una dedicatoria que decía: "A Bibi, un gran líder".
El encuentro tuvo lugar en el Salón Roosevelt, donde Netanyahu firmó el libro de visitas antes de ingresar con Trump a la Oficina Oval, donde ambos líderes ofrecieron una conferencia de prensa.
Durante la reunión, Trump compartió su visión sobre el futuro de la Franja de Gaza, declarando que Estados Unidos se haría cargo del territorio y llevaría a cabo labores de limpieza, desmantelando bombas y otras armas peligrosas, además de nivelar la zona y eliminar los edificios destruidos. Trump también sugirió que los gazatíes se reubiquen en territorios como Jordania y Egipto, países que, según él, podrían proporcionar tierras para crear un lugar donde la gente pudiera vivir en paz.
Sus comentarios provocaron reacciones críticas de varios gobiernos en Europa y el Medio Oriente, quienes consideraron que este plan podría tener consecuencias graves para la población palestina. Sin embargo, en Israel, el ministro de Relaciones Exteriores, Gideon Sa’ar, defendió el plan de Trump, argumentando que si la migración es voluntaria y existen países dispuestos a recibir a los migrantes, no se podría calificar como inmoral o inhumano. Sa’ar destacó que Gaza, en su estado actual, no tiene futuro y que es necesario encontrar una solución alternativa.
El gobierno israelí celebró la iniciativa de Trump, considerándola un paso hacia una posible resolución del conflicto en Gaza, mientras las críticas internacionales siguen creciendo.