El presidente Donald Trump emitió una orden ejecutiva para redefinir la ciudadanía por nacimiento en Estados Unidos, estableciendo que los hijos nacidos en el país de padres no ciudadanos no serían considerados ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, un juez federal en Seattle bloqueó temporalmente esta orden, calificándola de "flagrantemente inconstitucional".
La orden de Trump argumentaba que los hijos de no ciudadanos no están sujetos a la jurisdicción de Estados Unidos y, por lo tanto, no tienen derecho a la ciudadanía, a menos que uno de los padres sea ciudadano. Esta interpretación contraviene la práctica establecida bajo la 14ª Enmienda de la Constitución, que garantiza la ciudadanía a todas las personas nacidas en el país.
En respuesta, 22 estados y grupos defensores de los derechos de los inmigrantes presentaron una demanda para bloquear la orden ejecutiva, argumentando que causaría un daño significativo y generaría confusión. El Departamento de Justicia ha manifestado su intención de defender vigorosamente la orden, afirmando que interpreta correctamente la Constitución.
Este intento de modificar la ciudadanía por nacimiento se suma a una serie de acciones ejecutivas de la administración Trump destinadas a reformar las políticas de inmigración y seguridad fronteriza, incluyendo la reactivación de políticas anteriores y la construcción del muro fronterizo.