Fiscales federales han solicitado una sentencia de 15 años de prisión para el exsenador demócrata de Nueva Jersey, Bob Menéndez, tras ser condenado por múltiples cargos de corrupción y por actuar como agente extranjero del gobierno de Egipto.
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Fiscales federales han solicitado una sentencia de 15 años de prisión para el exsenador demócrata de Nueva Jersey, Bob Menéndez, tras ser condenado por múltiples cargos de corrupción y por actuar como agente extranjero del gobierno de Egipto.
La sentencia se dictará el próximo 29 de enero en el tribunal federal de Manhattan, en un caso considerado histórico dentro de la política estadounidense.
Menéndez, de 71 años, fue condenado en julio por 16 cargos de corrupción, después de que una redada del FBI en su domicilio en 2022 revelara $150,000 en lingotes de oro y $480,000 en efectivo. Según los fiscales, estos fondos eran sobornos pagados por empresarios de Nueva Jersey que buscaban influir en sus decisiones políticas para proteger sus intereses comerciales.
El caso también incluye acusaciones de que Menéndez utilizó su cargo como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado para beneficiar al gobierno egipcio, incluso en detrimento de los intereses de Estados Unidos. Entre las acusaciones más graves se encuentra haber ayudado al empresario Wael Hana a obtener un monopolio en la certificación de carne exportada desde Estados Unidos a Egipto, excluyendo a otras empresas competidoras.
El caso ha sido descrito por los fiscales como una "rareza histórica" debido a la magnitud del abuso de poder. Se alega que Menéndez promovía en secreto los intereses egipcios, llegando a justificar abusos contra los derechos humanos en nombre del gobierno de ese país. Este tipo de colaboración, según los fiscales, socava los principios democráticos y la integridad del Senado.
La esposa del exsenador, Nadine Menéndez, enfrentará juicio en febrero por cargos relacionados. Otros dos empresarios involucrados también podrían recibir largas penas de prisión. Este caso subraya la preocupación por la creciente influencia extranjera en la política estadounidense y marca un precedente en la lucha contra la corrupción a altos niveles gubernamentales.
Los abogados de Menéndez han solicitado una sentencia más indulgente, argumentando que la condena ya ha destruido su reputación, carrera y estabilidad financiera. También citaron su edad como un factor que justifica una pena reducida.
Por su parte, Menéndez ha rechazado las acusaciones, calificándolas de infundadas y manipuladas. En un comunicado, criticó al Departamento de Justicia por supuestamente utilizar pruebas ilegales y destruir evidencia clave durante el juicio.
“El Departamento de Justicia borró intencionadamente un ordenador portátil que contenía evidencia crucial que habría expuesto sus malas prácticas”, declaró el exsenador.
Además, Menéndez señaló que los fiscales ignoraron su historial de críticas al gobierno egipcio, incluyendo su insistencia en condicionar la ayuda militar y la venta de armas a mejoras en derechos humanos y libertades democráticas. “El testimonio de la Fiscalía dejó claro que no solicite nada ilegal”, afirmó. También sugirió que, bajo la misma lógica utilizada en su caso, otros senadores, como Marco Rubio, podrían ser considerados agentes extranjeros.
El juicio y condena de Bob Menéndez han generado un debate significativo sobre la corrupción en los niveles más altos del gobierno y la influencia de actores extranjeros en la política de Estados Unidos. A medida que se acerca la fecha de la sentencia, este caso se perfila como uno de los más trascendentales en la historia reciente de la justicia y la política estadounidenses.
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