La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha cerrado sus oficinas en Washington D.C., tras la intervención de Elon Musk, director del Departamento de Eficiencia Gubernamental. El presidente Trump ha expresado su descontento con la agencia, calificándola de "dirigida por un grupo de lunáticos radicales". El secretario de Estado, Marco Rubio, ha señalado que USAID ha sido "completamente indiferente" y que se niega a responder a las directivas políticas del Departamento de Estado.
USAID, establecida en 1961, ha sido objeto de críticas por financiar programas que promueven la diversidad sexual y el aborto. Durante la administración Biden, la agencia destinó fondos a organizaciones pro-aborto como Marie Stopes International. Además, se han reportado gastos en iniciativas como la promoción de la "diversidad, equidad e inclusión" en Serbia, la producción de un musical sobre estos temas en Irlanda, una ópera transgénero en Colombia, cambios de sexo y activismo LGBT en Guatemala, y un cómic transgénero en Perú.
Estas acciones han generado controversia, especialmente en relación con la financiación de esterilizaciones forzadas en Perú entre 1995 y 1997, y el uso de condones distribuidos en Gaza que, según informes, fueron utilizados por Hamas para fabricar dispositivos explosivos improvisados.
La decisión de cerrar USAID refleja un esfuerzo por reorientar la ayuda internacional de acuerdo con los intereses nacionales de Estados Unidos, aunque ha suscitado preocupaciones sobre el impacto en programas humanitarios y de desarrollo en todo el mundo.
