El programa de parole humanitario, instaurado en enero de 2023 por la administración de Joe Biden, para facilitar la entrada legal de ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela (CHNV), enfrenta un estancamiento sin precedentes.
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SUSCRIBITEEn noviembre, solo se aprobaron 50 visas humanitarias, ninguna de las cuales fue para cubanos
El programa de parole humanitario, instaurado en enero de 2023 por la administración de Joe Biden, para facilitar la entrada legal de ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela (CHNV), enfrenta un estancamiento sin precedentes.
Durante noviembre, apenas 50 solicitudes fueron aprobadas, y ninguna correspondió a ciudadanos cubanos. Además, se cancelaron 680 autorizaciones de vuelo, afectando principalmente a nacionales haitianos.
Desde su creación, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha autorizado el viaje de 531,670 personas, un incremento marginal de tan solo 50 casos respecto al mes anterior. Las estadísticas reflejan una paralización generalizada, con mínimos cambios en las llegadas y un evidente retroceso en el cumplimiento de los objetivos iniciales del programa.
Particularmente preocupante es la situación de los cubanos. Las autorizaciones bajaron de 110,980 en octubre a 110,970 en noviembre, mientras que el número de llegadas se mantuvo estático en 110,240.
Este panorama refuerza la percepción de que las expectativas de los cubanos de acceder a una vía legal hacia Estados Unidos se encuentran en franco deterioro.
El programa comenzó a mostrar signos de estancamiento desde agosto pasado, cuando una comisión del DHS detectó irregularidades en el manejo de casos. Estas revisiones han llevado a un congelamiento casi total del programa, dejando a miles de solicitantes en la incertidumbre.
El presidente electo Donald Trump, quien asumirá el cargo el próximo 20 de enero, ha prometido eliminar el programa de parole humanitario mediante una orden ejecutiva en su primer día de mandato. Trump ha calificado el programa como “ineficaz, plagado de fraudes y una carga económica para los contribuyentes”.
Con el cambio de administración a la vuelta de la esquina, la incertidumbre reina entre los solicitantes. Decenas de miles de personas que ya han completado sus formularios I-134A temen que sus casos queden en el limbo o sean rechazados. Entre ellos, los cubanos enfrentan una doble presión: por un lado, el régimen que los empuja a emigrar y, por otro, un sistema migratorio estadounidense que parece volverse cada vez más restrictivo.
Lo que en su inicio fue presentado como una vía segura y ordenada para la migración, hoy se perfila como un programa destinado a desaparecer, dejando a miles de familias en la incertidumbre y el desamparo.
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