En la llamada Cuna de la Revolución de Fidel Castro, Santiago de Cuba, sus pobladores ahora tienen que comprar caldosa en las panaderías comunitarias por la falta del pan por la libreta de racionamiento, justo cuando la isla sufre una de las crisis tantas veces reciclada de las últimas seis décadas: la escasez de harina de trigo.
Un reportaje del oficialista telecentro Turquino TV muestra a una funcionaria de la estatal Empresa Provincial de la Industria Alimentaria en Santiago de Cuba diciéndole a los pobladores que tienen que comprar caldosa, porque no hay pan en las panaderías y que el que han podido hacer es porque lo producen con los llamados extensores, ese experimento que une algo de harina de trigo con yuca, arroz, calabaza, boniato o ñame.
La más que demostrada inoperancia del régimen para garantizar al menos un mínimo pan por la libreta de racionamiento ha hecho que los cubanos vivan con la incertidumbre de cuándo llegará al país un barco trigo importado para producir pan.
Autoridades en la isla anunciaron recientemente que llegó uno al puerto de La Habana con más de 23 mil 700 toneladas de trigo, que le permitiría producir el pan racionado hasta fines de marzo.
Lo irónico de todo es que, como bien denuncian los cubanos, el régimen afirma no tener harina de trigo para producir los cada vez más pequeños y de mala calidad panes de la libreta de racionamiento, pero sí hay para los que se venden por la libre o los que tienen los negocios privados.
En el propio Santiago de Cuba, pobladores denunciaron que en medio de la nueva crisis con la harina, el precio de cada pan de bola se habría disparado ya en varios sitios hasta los 50 pesos.