Cabello afirmó tajantemente: "Yo lo tengo anotado", en referencia a los comentarios realizados por sacerdotes durante misas o eventos públicos. Estas declaraciones han sido interpretadas por muchos como un intento de intimidar a los líderes religiosos que se han pronunciado en contra de las políticas gubernamentales o la situación que vive el país.
La Iglesia Católica ha sido una voz crítica en Venezuela, denunciando repetidamente las violaciones a los derechos humanos, la crisis humanitaria y la falta de libertades democráticas. Estas recientes palabras de Cabello han despertado preocupación entre defensores de derechos humanos y sectores de la oposición, quienes consideran que podrían exacerbar la persecución hacia los líderes religiosos.
Hasta el momento, la Conferencia Episcopal Venezolana no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre las amenazas. Sin embargo, se espera que el incidente amplíe la tensión entre el gobierno de Nicolás Maduro y la Iglesia Católica, en un contexto ya marcado por constantes conflictos y denuncias.
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